dimarts, 29 de maig del 2012

Acequia


Se secó el río,
murió la flor,
y con ella la abeja
también murió.

Murió el abejaruco
y el cielo perdió color.
Se quedaron sin comida
los polluelos de halcón.

Se secó el río
y me sequé yo.
Dejó de fluir
mi fuente de inspiración.

Lluvia bendita
inúndanos con tu don
que lluevan florecillas
desde tu algodón.

Cada gotita un segundo
y cada florecilla un timón
que guiará mi barca en las nubes
para que surque por su vapor.

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